La Princesa Caballero es mi máximo ídolo queer. Antes de Beatriz Preciado, antes del malogrado Brandon Teena, ahí estaba Zafiro, con ese pelo corto que llevo tantos años copiándole. La recordó Kahlo.
La Princesa Caballero es mi máximo ídolo queer. Antes de Beatriz Preciado, antes del malogrado Brandon Teena, ahí estaba Zafiro, con ese pelo corto que llevo tantos años copiándole. La recordó Kahlo.
Y pensar que Tezuka terminó marcando pautas con La Princesa Caballero… Cosa de ver las series de “magical girls” japonesas y en una que otra aún se nota la impronta queer.