Las máquinas… ah, las máquinas! aceitadas, brillantes, metálicas, incansables. Sí, todo eso es cierto. Pero eso no quiere decir que nuestra nunca tan bien dicha pobre humanidad sea capaz de resistir tanta maravilla. Al menos, es lo que nuestra hermana de Maryland está padeciendo al haber intentado tener sexo con una sierra caladora. Provista de un adminículo algo más antropomórfico, por cierto, pero insuficiente, hay que decirlo.
Ya lo conseguiremos, paciencia.
vía boingboing, img timothy archibald
Que fuerte…
Que dirian los italianos Futuristas de principio de siglo (xx).
jajajaj me imagino que dirían que es “toda una revolución” o que es “a toda revolución”
un chiste futurista!
Jajaj Rene!