Y sí, es sobre Chatroulette, eso que nos está pasando en Internet gracias al adolescente moscovita Andrey Ternovskiy.
Como toda gran cosa que sucede en Internet, parece tan evidente y simple que suena raro no haya estado siempre ahí. Incluso la interfaz, en ese proceso involutivo que ha tenido desde la antigua era flash, gracias, gracias, tiene algunos toques IRC. Pero la lógica que opera es tan cruel como joven: tienes menos de 5” para ofrecerte a ti mismo. O, según tu oferta, los 5 segundos son del otro, antes que alguno cliquee en Next, como una cita MTV. Ya que el contacto es p2p, el juego es como un poker: puedes clickear infinitamente buscando algo si tu mano es buena, o quedarte con quien se quede contigo si eres más realista.
Vamos a lo que importa: ¿es el futuro del porno? Sí. Y no. Necesitas al menos dos personas, una a cada lado de la pantalla, lo que no ocurría antes (alguien recuerda a las estrellas del porno?). Necesitas dar para recibir, aunque ese dar y recibir puede ser flexible: puedes dar una mirada, o puedes dar exhibición, o puedes transar entre ambas cosas, al menos. Pero, en 5”, no puedes subvertir la lógica de mercado y tienes que ser explícito en tu oferta/demanda, o pasar más tiempo haciendo zapping hasta que ésta tenga venta, lo que mantiene el estado de las cosas.
El porno ha muerto, viva el porno.
(y gracias!)