Siempre es una linda noticia saber que salió un nuevo número de Garçons, revista de periodicidad no predecible y que desde aquí seguimos desde que era un cachorro (o un cachorrx). Esta queerzine ha sido persistente en su afán de preguntarse (y responderse en una manera encantadora) acerca de lo que significa una imagen sexuada y –en sus palabras– de la nueva moneda de cambio, en carne y plástico, que habría que acuñar con la idea de cambiar la sociedad de la que es reflejo. O algo similar. Este número parece un almanaque o la Vogue de otoño; esperemos que siga con su larga vida siempre joven.
Que lindo comentario Antonia, mil gracias.
Amor desde París.
Ale
de nada, sweetheart, para servirlo