El qué fue de se vuelve particularmente cruel cuando se refiere a estrellas del porno. Si ya la trasvida, o sobrevida, de una ex adolescente como Britney da para echar a andar una industria del morbo, con las/los miembros de ese olimpo de nube delgada este ejercicio ni siquiera necesita vestirse de preocupación. Abundan las ex pornstars dedicadas a la prostitución para el público senior, las adictas a la cirugía y las/los adictos en general. Hay casos notables de ex-actrices reconvertidas en directoras de películas o artistas más complejas de definir, como Annie Sprinkle, o Tristan Taormino, que quedan de tarea. El ejemplo local, Reichell se puede ver aquí, en las Memorias rurales de una ex pornostar.
No puedo creer que Anni Sprinkle sea la primera pornstar con un PhD. Eso sólo da para un artículo… Es el equivalente a la Ciciolina en el congreso italiano.
Cariños,
Rolando