Ciervo

Esta imagen que parece un momento cumbre del arte moderno, y que me recuerda el trabajo de ese artista cuyo nombre debe haber caído en alguna laguna producto de algún deterioro en mi cabeza, muestra cómo tratar a un electrocutado y está en el libro de medicina que encontré ayer en una tienda de cosas a las que en un gesto eufemístico o francamente insultante hacia su historia se les llama de segunda mano. Lo primero que hizo la dueña del lugar fue decirme que un lugar así era la mejor inversión en estos tiempos, al tiempo que acariciaba unas pelucas que alguna vez fueron más rubias. Entre un retrato de ella en una cocina y un dibujo de cómo se veía una rockera 30 años atrás, también rubia, había una gran cabeza de ciervo apolillándose. Yo lo maté, dijo.