En el hospital de Zagreb conocí a una bella, joven y ambiciosa trabajadora social del Ministerio de Defensa. Cuando ella me ayudó a conseguir ciertos materiales que yo, como inválido de guerra necesitaba para mi prótesis, el amor nació. La prótesis duró más que nuestro amor, que estaba hecha de algo realmente resistente.
Esa es una muestra del Museum of Broken Relationships, en Croacia, que aloja también bellos recuerdos como un poco de suelo desminado comprado en un mercado en un momento de amor. No querría decir cosas como el amor en tiempos de guerra, pero algo así.
Lo ví en el NYTimes.