Pistorius es un activista cyborg

Oscar Pistorius, el atleta sudafricano que tal vez pase de paraolímpico a olímpico a secas, está corriendo una carrera que quedará inscrita en la historia de la conquista cyborg.

Gracias a que nadie quiere oler a esa cosa tan fea que se llama discriminación, Pistorius ha pasado la (pen)última barrera que lo separa de Beijing y ha sido declarado apto para clasificar. El comité ha dicho que no hay suficiente evidencia para decir que sus prótesis modelo Cheetah, hechas por la marca Össur, le dan ventaja sobre los otros semidioses (que por cierto han reclamado). En complicada arena se empieza a caminar. ¿Las prótesis son válidas mientras no sean lo suficientemente buenas? ¿Cuál será el porcentaje máximo de titanio por atleta? ¿Serán los atletas paraolímpicos la materia de experimentación cyborg? Porque desde hace tiempo el deporte es una actividad bastante posthumana. Sanos beisbolistas adolescentes, apoyados por sus padres, se han hecho una cirugía de codo especial que aumenta sus capacidades. Tiger Woods y su cirugía ocular láser ¿tan distinta de los esteroides?.

Cuando por fin los robots dominen el mundo, las piernas de Pistorius adornarán el Museo de Historia Natural ilustrando alguna etapa prehistórica, que tal vez hasta lleve su nombre, quién sabe.

Hay unos lindos gráficos para saber cómo funcionan las piernas, aquí.

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  1. Hurra por Pistorious. Uno de los primeros pasos en la disolución del lí­mite entre hombre y máquina. Será notable cuando terminemos como Mokoto Kusanagi y Batou, sin saber si queda algo humano en nosotros y confundidos con tanta copia de uno mismo dando vueltas por el mundo.

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